... la indescriptible forma de jugar con los colores y la profundidad a base de pequeños trazos que dan lugar a un todo sobrecogedor hacen que las obras de este pintor francés me dejen sin habla.
Hace poco estuve de nuevo en París, un viaje medio de placer medio de trabajo, a una de las ciudades con más encanto que conozco. Afortunadamente hubo tiempo para una visita al Museo Marmottan antes de coger el vuelo de vuelta.
Reconozco que no soy una entendida en Arte, pero la obra de Claude Monet sencillamente me fascina.
Todavía embriagada por haber tenido la suerte de ver muchas de sus más importantes obras al natural y paseando hacia la estación de metro más cercana bajo un cielo encapotado que no le restaba un ápice de encanto a esta bella ciudad, le dije a mi marido: "Quiero tener un Monet...".
Creo que no es necesario intentar explicar la mirada que me echó en ese momento. Seguimos caminando, él me seguía mirando asombrado sin saber muy bien cómo interpretar aquello y yo seguía pensando...
Cuando llegamos a casa, deshice la maleta y al abrir el armario para guardar la ropa me sorprendió una composición de colores que no me era del todo desconocida... fue el momento en el que, igual que en sus cuadros, las partes se convierten en un todo y descubrí que tenía...
Inmediatamente (esto suele ser bastante normal en mí) me puse manos a la obra para crear este blog con el que quiero invitaros a echar un vistazo dentro de mi armario, por si encontráis alguna cosa que os guste.
Bienvenidas y gracias por venir de vez en cuando a rebuscar en mi armario.
Katrin :)